viernes, 3 de septiembre de 2010

LUNA AMICIS SUIS SALUTEM

He vuelto a soñar. Estaba tan preocupada porque desde hacía semanas ningún sueño se me había aparecido; y es tan importante para mí soñar... me gusta tanto como la vida, pero de otra manera. Los sueños son un espejo de mi interior... ¿un espejo?, un momento, SON mi interior hablando fuerte y claro. En ellos puedo ver nitidamente eso que sé que existe pero que no puedo describir ni definir. Es una paradoja: "puedo ver nitidamente algo que no es ni está claro para mí...". Sí... volví a soñar, pero esta vez fue un poco diferente. He reparado en que yo no soy quien sueña... bueno, claro que dicho de esa manera se oye tonto e ilógico; dirán: "si no eres tú, ¿entonces quién?", pero verán: yo no puedo hacerlo... es algo que simplemente sucede, y de las más variadas formas. Creo que el hecho de que soñar sea un verbo personal responde sólo a que es un suceso íntimo, del que nadie más se entera, excepto el huésped, ese donde se aloja el sueño sin permiso ni aviso, es decir, el sujeto no es quien lo realiza, sino quien se entera de que sucede; en algún momento, el sueño (porque así se me hace más cómodo llamarle dado que no tengo más elementos descriptivos para darle otro nombre) se introduce en el huésped que ha elegido. Evidentemente, se trata de un ser primigenio, uno que acaba de surgir del mundo de las partículas sutiles, o que acaba de salir de él... quiere convertirse en algo nuevo... crecer, desarrollarse, tal vez, o quizá, sólo le gusta observar y crear. Elige un huésped y entra en él. Entre sus particularidades está que puede pintar, dibujar, plasmar... plasmar en todas direcciones y de todas las maneras, con todos los sentidos y con todas las herramientas que le da el huésped. Así, de ese mundo desordenado en el que ha entrado, él obtiene una armonía increíble, jala un color de aquí, un sentimiento de allá, arrastra un deseo de este lado, y un miedo del otro. Pinta aquí tus ojos para que puedas ver y verte, saca a tu mascota de la infancia o a aquella que viste pero que has olvidado, jala las nubes, los edificios, los autos... llena de frustración un ecenario... llena este otro de locura: es una obra maestra. Y de pronto ya tiene un bosque totalmente vacío o el mar inmenso asustándome con una tormenta y mis ojos sobre él. Arrastra a las personas hacia mí... quizá a una sola, arrastra colores inimitables, aromas no recordados, arrastra la vida misma ante mis ojos. Y noto que se divierte... lo sé porque anoche lo sentí... sentí que lo hacía, sentí que no era yo, era algo más. Noté que corría de un lado a otro sin ningún obstáculo, se movía como en su lugar, acomodando cosas aquí y desordenando cosas allá. Sin que me viera lo seguí, porque él puso mis ojos ahí y los dejó libres para mostrarme su obra, pero no se cubrió lo suficientemente bien. Lo ví y sonreí... era simpático. En cuanto vio que lo veía a él y no a su obra, se ocultó y borró mis ojos. Desperté. Hubo un instante... ese intante en el que recuerdas y sabes que al siguiente segundo olvidarás lo que pasó... no lo permití, repetí las imágenes, las convertí en ideas y las seguí repitiendo hasta memorizarlas. Ahora ya casi no queda nada del recuerdo real, se ha ido borrando poco a poco desde que desperté, sólo me quedan las ideas. Lástima por eso. Ahora sólo quiero volver a ver suceder un sueño. Fi somne meo... Descansen queridos amigos y que sus noches se llenen de sueños.

1 comentario: