miércoles, 19 de mayo de 2010

Galleta





Este pequeño individuo felino, en nuestro imaginario familiar, fue algún día, en sus meses de infancia, una hembra. De nombre le pusimos Galleta por su color que evocaba mucho al de una Galleta. Chillaba todo el día y todos los días, le gustaba rasguñar y era más huraña de lo que fueron todos los gatos que hemos tenido. Todo lo atribuíamos a su género (lo que admito, era una suposición machista... y bueno, lo machista de mi familia es otra historia), mi mamá no la dejaba salir de la casa por miedo que perdiera su virginidad; cuando halló la forma de salir, mamá, papá y mi hermana decían que era un zorra (lo cual me molestaba mucho). Hace poco, la pobre caminaba por el bosque, y con su bastón golpeó a dos serpientes que copulaban, separándolas. En castigo a esta afrenta, la diosa de la tierra la convirtió en macho. Ahora mamá lamenta mucho el incidente, en secreto deseaba que tuviera gatitos y que los llevara a la casa, pero eso nunca pasará, porque la diosa decidió que no la regresaría nunca a su género original; algunos lo llaman Galleto, otros Galletín y yo le sigo llamando Galleta porque no me acostumbro a su cambio de género. Lo bueno de esto es que Galleta macho ya tiene permiso ilimitado para salir de casa y vagar todo el día y la noche (privilegio que no se concede a ninguna hembra de esta casa).

3 comentarios:

  1. Caramba!!
    debo preguntarle por mi futuro!!!
    debo preguntarme por mi pasado

    aunque pensandolo bien es inecesario
    lo que tenga que pasar pasará y me daré cuenta
    ya al final, jum! che Galleto!!

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  2. Es como mi perra Kevin, o la gata de mi amiga Señor Kitty? yeah, los animales de género dudoso son la onda

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